En 2015 todo apunta a
una consolidación en la mejoría del sector de la construcción y,
además, esta mejoría “se asienta sobre unas bases sólidas”. Así lo
afirma Tomás Riestra, analista del Servicio de Estudios de Banco
Santander, cuyas previsiones apuntan hacia “un año marcado por un entorno de mayor
crecimiento económico y generación de empleo de mayor calidad”.
En opinión del
experto, hay signos en este sentido muy importantes a tener en cuenta, como que
“el crédito fluye y los precios han comenzado a crecer tímidamente,
y ya 32 de las 50 provincias españolas han dejado los mínimos atrás”,
a lo que cabe añadir que, además, “las rentas de las familias se verán apoyadas
por la caída del precio del petróleo y la rebaja
fiscal, y los tipos de interés seguirán en niveles mínimos
históricos”. Por todo ello, “es de esperar que la demanda
residencial continúe aumentando gradualmente, apoyando una
mejora en los precios y animando a una gradual normalización de la
actividad constructora”, afirma Riestra.
No obstante, a la
pregunta de si se puede esperar un regreso a los niveles pre-crisis, el
analista de Banco Santander asegura que “afortunadamente, no”. En primer lugar
porque, en su opinión, en el boom inmobiliario se dieron circunstancias
que no se van a repetir: “Un ejemplo serían las tendencias
demográficas: mientras que en 2007 se formaban 430.000 hogares al año, en
la actualidad esa cifra se sitúa en niveles en torno a las 100.000”. En segundo
lugar -continúa el experto-, porque “a pesar de que el ajuste ha terminado, todavía
quedan rémoras de la crisis, como un elevado stock de viviendas en
venta”. Y por último porque, según Tomás Riestra, se han aprendido
lecciones importantes de la crisis: “El tratamiento fiscal de
las viviendas en propiedad frente al alquiler es ahora más neutro,
tanto a las empresas como a los bancos se les exige más capital a la
hora de financiar proyectos de promoción inmobiliaria, por lo que no
se van a repetir condiciones de financiación tan laxas como las acostumbradas
en el periodo pre-crisis y, además, se han desterrado creencias que
alentaron la especulación, como la de que el precio de la vivienda nunca
cae”, subraya.
A todo ello habría que
sumar, según Tomás Riestra, el hecho de que “la gestión de riesgo de las
entidades financieras, los reguladores y los supervisores han avanzado
en la disponibilidad de información y en el desarrollo de
herramientas que permiten actuar ante señales de desequilibrios”. Por todo
ello, el analista de Banco Santander concluye que “es de esperar que la
evolución del sector acompañe al resto de la economía, pero no que tome un
papel protagonista como el que tenía antes de la crisis”.
Ajuste con graves
consecuencias
Según explica Tomás Riestra, en 2006 se iniciaron más
de 760.000 viviendas y en 2014 tan solo
35.000. Además, en 2006 trabajaban en el sector de la
construcción 2.750.000 personas y en la actualidad lo
hacen un millón. Asimismo, la firma de hipotecas pasó de
1.350.000 en 2008 a tan solo 200.000 en 2014; y la tasa de morosidad del
sector alcanzó niveles cercanos al 30%, “lo que terminó con el modelo de las
cajas de ahorro, que tuvieron que ser rescatadas y afrontaron una fuerte
reestructuración”.
El analista de Banco
Santander añade que “los precios se han ajustado desde máximos un 38% en
términos reales y, en definitiva, la caída ha restado 10 puntos
porcentuales al conjunto del PIB español entre 2007 y 2014”, suponiendo
“graves consecuencias no solo para el sector de la construcción sino también
para el sector financiero, para el empleo y la economía en su conjunto”.
El experto confirma que la recuperación se inició de forma tímida en 2014 y
“todo apunta a que este año se consolidará”.
FUENTE: CIC Información