Punta Reforzada: La punta reforzada, comúnmente hecha de acero o materiales compuestos, protege los dedos de los pies contra impactos y compresiones. Esta característica es esencial en entornos donde objetos pesados pueden caer.
Suelas Antideslizantes: Las suelas de goma o poliuretano proporcionan tracción adicional, evitando resbalones y caídas en superficies resbaladizas. Esto es especialmente vital en entornos húmedos o aceitosos.
Resistencia a Sustancias Químicas: Algunos trabajos implican el manejo de sustancias peligrosas.
Los zapatos de seguridad están fabricados con materiales que resisten la penetración de productos químicos, protegiendo los pies de posibles corrosiones. Protección Eléctrica: En lugares donde existe el riesgo de descargas eléctricas, los zapatos de seguridad con propiedades aislantes ayudan a prevenir lesiones relacionadas con la electricidad.
Amortiguación y Soporte: el calzado de seguridad suele incorporar tecnologías de amortiguación para reducir el impacto en las articulaciones y proporcionar comodidad durante largas jornadas laborales.